Cuenta la historia que un dia decidi comprarme un espejo, hermoso, grande, en el cual yo podia reflejar todo lo mio, lo bueno, lo malo... lo lindo y lo feo. Lo amaba tanto porque era en el unico lugar donde me veia el alma, mi interior.
Un dia me levante diferente, con otras ganas, apurado, ciego y ansioso. Cuando intento pararme enfrente de él sin querer lo tiro contra el piso. Paralizado me quede viendo como se caia y rompia en mil pedasos.
Todo lo bueno que y lo bien que me hacia ese espejo se acababa de despedasar en frente de mis ojos, y por mi culpa.
Tenia dos opciones, salir corriendo y comprar un nuevo espejo para poder mirarme, o juntar los pedasos, pegarlos y rearmar el viejo. Lo pense una, o quizas dos veces. Mas no. Opte por la segunda opcion.
Una vez que lo reconstrui lo coloque en su lugar y me pare enfrete de el. Era logico, la reflexion no era la misma,distorcionada, rota y se veia una imagen triste. Pero para mi seguia siendo el mismo espejo de siempre. El que me trasmitia lo bueno y lo malo de mi. Entero o por partes, era el mismo y yo lo amaba por eso me quede con el.
En la vida nos pasa lo mismo con las personas, muchas veces por diferentes motivos o circunstancias uno rompe cosas como las relaciones, las amistades, etc en mil pedasos y se enfrenta a la dificultad de elegir, de optar o un camino nuevo y empezar de cero. O reconstruir eso que rompimos, y que por mas dañado que este, lo que importa pasa por lo que uno quiere ver en el otro y no por lo que refleja realmente. Por mas que tu corazon lo haya dañado y al mirarte no vea una buena imagen mia, yo amo ese corazon, y por partes o entero se que él se sigue fijando en mi. Y eso es lo que vale hoy en dia. Mientras ese corazon siga reflejando, nuestro amor seguira intacto a pesar de las caidas.
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